¡Vota por las iniciativas populares de norma que protegen al medio ambiente!

Están disponibles en la Secretaría de Participación Ciudadana tres iniciativas populares de norma que buscan proteger el medio ambiente. ¡Conócelas y apóyalas!

Seguridad hídrica para Chile – N° 11.351: Garantizar la protección de los ciclos del agua para que el equilibrio de los ecosistemas se mantenga. Agua para las actuales y futuras generaciones

Argumento: Creemos desde distintas organizaciones de la sociedad civil que los articulados que se proponen en el Anteproyecto de nueva Constitución son insuficientes para garantizar la protección del agua en sí misma y que el mero derecho humano al agua es insuficiente por esa misma razón. Considerando la crisis climática y ecológica, la protección de todos los ecosistemas y flujos de agua considerando los glaciares, humedales, es necesario que la constitución asegure un caudal mínimo para el equilibrio ecológico

Chile defiende la naturaleza para las generaciones futuras – N° 11.355: Proteger a la naturaleza por su indispensable y propio valor, creando una Defensoría que defienda a las personas y medio ambiente

Argumento: En el contexto de crisis climática y ecológica, necesitamos reconocer y proteger el valor intrínseco que tiene la naturaleza en nuestras vidas. Por lo mismo, buscamos con este artículo completar la protección de la naturaleza vinculado a la protección de las personas, creando una Defensoría de la Naturaleza como organismo autónomo constitucional para estos fines

Desarrollo verde para Chile – N° 11.359: El desarrollo de nuestro país requiere un ordenamiento territorial que protega los bienes naturales para las generaciones actuales y futuras

Argumento: Necesitamos resguadar nuestros bienes naturales que son comunes de todas y todos los chilenos, como el aire, el agua, el mar, los humedales, las riberas, playas y glaciares. Estos deben ser de especial protección para el Estado y se debe considerar su valor ecosistémico en el presente y en el futuro, considerando el contexto de crisis climática y ecológica. Creemos que el Anteproyecto no contiene una protección robusta y global a estos bienes naturales, los cuales deben protegerse y ser administrados mediante un adecuado ordenamiento territorial.

Campaña para que la Constitución proteja el Medio Ambiente

Queremos generar una campaña para incidir en que la nueva Constitución realmente proteja al medio ambiente y la naturaleza ¿Quieres ser parte?

Participa colaborando con fotografías en que aparezca tu rostro.

Estas imágenes serán utilizadas en piezas gráficas para difundir temáticas ambientales en relación al actual proceso constituyente.

¿Qué necesitamos?
– Fotos a color, sin filtros ni ediciones
– Que se vea claramente tu rostro
– Que no sean selfies
– Puedes aparecer solo/a o hasta 5 personas en total

¿Cómo participar?
1) Envíanos tu fotografía a comunicaciones@fima.cl escribiendo en el asunto «Foto campaña medio ambiente»
2) Completa el documento y adjúntalo. Si en la fotografía aparece más de una persona, debe ser firmado por cada una/o

Insumos para una Constitución Ecológica

Documentos elaborados por ONG FIMA

Hacia una Constitución Ecológica: Acceso a la justicia ambiental (2022)

Informe de ONG FIMA que busca avanzar en el acceso a la justicia en materia ambiental. El documento inicia con un diagnóstico de las barreras existentes para luego expresar la importancia de reconocer los derechos de acceso en esta materia y la necesidad de avanzar en temas como la creación de una Defensoría de la Naturaleza, la asistencia legal como un deber, la ampliación de la legitimidad ambiental y el establecimiento de mecanismos para mejorar el cumplimiento de resoluciones administrativas y judiciales.


Hacia una Constitución Ecológica: Agencias reguladoras independientes en materia ambiental y la nueva Constitución de Chile (2022)

 Informe de ONG FIMA que busca plantear la posibilidad de lograr una solución institucional a largo plazo de los problemas que tienen los actuales entes regulatorios en materia ambiental. Para ello, se realiza un estudio teórico de las agencias reguladoras independientes para luego analizar el caso en el país y revisar cómo se podrían materializar en la regulación ambiental. 


Hacia una Constitución Ecológica: Ordenamiento territorial en la nueva Constitución (2022)

El informe, realizado por ONG FIMA con el apoyo de FILE Foundation, analiza las normas que son parte de la propuesta de nueva Constitución y que permitirían avanzar en un Ordenamiento Territorial y en una mejor protección al medio ambiente.


Protección Constitucional del Medio Ambiente: Bases para una Constitución Ecológica (2022)

Primera parte de una serie de informes que aborda las razones por las cuales es necesario incluir la protección del medio ambiente en la constitución, revisando en esta segunda y tercera entrega, algunos principios, derechos ambientales e instituciones.


Hacia una Constitución Ecológica: Derechos de la Naturaleza en la nueva Constitución (2022)

En este informe se realiza un análisis del desarrollo de los derechos de la naturaleza en el derecho, haciendo una breve revisión sobre su recepción e implementación, y comparando la situación de países como Ecuador, Colombia, Australia, India, Nueva Zelanda, Bolivia, Bangladesh, México, Uganda y Estados Unidos. Esto con la finalidad de plantear algunas propuestas que puedan resultar útiles para que, en Chile, estos derechos sean una herramienta eficaz para la protección del medio ambiente y de los derechos humanos ambientales.


El camino de la transición socioecológica en Chile (2021)

Las discusiones sobre política económica han dejado de lado los factores sociales y ambientales, enfocándose únicamente en el crecimiento económico. Ante esto, y en búsqueda de revertir esta tendencia, ONG FIMA lanza un segundo informe -posterior a Reflexiones para la transición ecológica”-, con propuestas para transitar hacia una nueva política económica que considere el bienestar de la comunidad y el medio ambiente.


Hacia una Constitución Ecológica: Cambio climático y nueva Constitución (2021)

El texto toma como referencia las propuestas para una Constitución Ecológica formuladas por ONG FIMA, para mostrar la relevancia de considerar la crisis climática y ecológica en una nueva constitución.


La consagración jurídica de un modelo de desarrollo en la constitución de 1980 y sus consecuencias ambientales: Reflexiones para la transición ecológica (2021)

Informe de ONG FIMA que busca reflexionar sobre las propuestas que nos permitan acercarnos a una transición ecológica y a establecer un nuevo modelo adaptado a la situación climática y ecológica actual.


Hacia una Constitución Ecológica: Herramientas comparadas para la consagración constitucional de la protección del medio ambiente (2021)

Reporte en conjunto de Oceana y ONG FIMA que analiza ejemplos sobre cómo otros estados protegen el medio ambiente a través de sus constituciones. El informe, encargado a la Directora del programa de derecho ambiental de la Universidad Diego Portales y doctora en derecho, Dominique Hervé, revisa la forma en que 30 países han incorporado el reconocimiento y protección del medio ambiente en sus Constituciones.


Protección Constitucional del Medio Ambiente: Bases para una Constitución Ecológica (2021)

Primera parte: ¿Por qué necesitamos una Constitución Ecológica?

El documento revisa cinco de las razones por las que se debe mejorar la protección constitucional del medio ambiente, enfocándose en el contexto político, social y ambiental del país.


Bases para una Constitución Ecológica en Chile V. 25/11/20 (2020)

Documento que sintetiza las propuestas para una Constitución Ecológica en el proceso constituyente 2020-2021, trabajadas por organizaciones sociales, ambientales, académicas y territoriales.


Discusión sobre medio ambiente en el marco de una nueva Constitución (2018)

Documento elaborado en colaboración de la Fundación Heinrich Böll, que busca involucrar a representantes de organizaciones de la sociedad civil y la academia en la discusión sobre cómo debe resguardarse este derecho en un eventual proceso de reforma constitucional, con miras a difundir los resultados de esta discusión, generar propuestas e incidir en un cambio en este sentido.

El valor de un solo árbol

Por Sergio Devia Matta

En tiempos remotos Ántu protegía el valle. Él estaba por sobre todo lo existente, sin forma física. Su poder radicaba en abastecer, a todo ser viviente, de esencial agua. Nacía en las cumbres y se purificaba río abajo. El movimiento del agua parecía una melodía que aportaba belleza genuina a aquel lugar. Todos los seres vivientes dependían de Ántu, por ello gozaba de gran respeto. 

Quien mejor comprendía, la importancia el amparo que ofrecía Ántu, era un añoso árbol llamado Aliwén. Todos los días al amanecer hacía una magnifica presentación de sí mismo diciendo; “¡Hola!, soy un árbol. Llevo aquí muchos años viendo a la noche convirtiéndose en amanecer. Parece repetitivo, pero nunca es igual”. (Continuaba, ahora vociferando) Bueno, ¡qué vas a saber tú! No tienes disciplina para ver las cosas como son. ¿Buscas en tu vida objetivos para ser feliz? Pues a mí, aparentemente, nadie me ve. Sin embargo, mi día comienza temprano con un baño, dejando que el viento se lleve lo que para ti es basura. Una vez limpio, continúo alimentando a quien desee visitarme. Frutas e insectos tengo en el menú. Por último, y como cada tarde, espero la visita de un arriero que, cansado por su trabajo, se sienta junto a mí, en busca de mi sombra.” 

En ese instante, bruscamente, cuando estaba diciendo la última palabra, sintió debilidad en todo su ser. Algo inusual le estaba sucediendo. Sentía sus raíces débiles y sedientas. Comenzó a decaer y sentir que perdía el equilibrio. El viento ya casi no le permitía seguir en pie. Aliwén clamó ayuda a Ántu. Se sentía extraño y sólo él podría ayudarlo. El añoso árbol esperó por algún tiempo las respuestas que necesitaba. A diario se preguntaba; ¿Por qué ya no recibo el agua que necesito? Se seguía sintiendo débil. 

En ese momento, comenzó a observar a su alrededor y, se dio cuenta que, el agua no seguía su cauce natural, escaseaba. Aliwén se preguntó qué podía estar dañando tanto al equilibrio natural de aquel lugar. Para él, se había roto la armonía. Era su lugar, lo único que conocía como hogar. Habían días en que se estremecía el silencio y el sol se perdía entre el polvo. Anhelaba que cayera del cielo el agua y se quedara. Que recorriera ríos y regresara. 

Aliwén, cada vez más frágil, persistió en su intento por entender la naturaleza. Se sentía en un peligro inminente. En ese instante, en una especie de revelación, Ántu le dijo; “Yo, que estoy incluso por sobre el firmamento, jamás permitiría que alguien manchase el cielo azul.” Esa frase le hizo sentido. La responsabilidad no era suya. Ántu estaba por sobre todo. No tenía la capacidad de dañar, él simbolizaba el perfecto equilibrio de la naturaleza. Aliwén comprendió que sólo los humanos, quienes habitan en el suelo, tenían la capacidad de salvarlo. Sintió desaliento. 

En ese momento, el añoso árbol lanzó un último lamento desesperado; “Dar sombra y flores es mi propósito en la vida y, aunque parezca pequeño, mi consuelo es que tú tienes la oportunidad de ser tanto mejor que yo. Si esperas la mejor oportunidad para actuar, ahí tendrás raíces. Luego, puede ser tarde.”

 Así fue como, sin darse cuenta, su vida llegó a su fin. 

La sombra del mañana

Por Matías Contreras Uribe

Daniel y Ángela deseaban salir de paseo, respirar de la locura metropolitana que los agobiaba y dejar las preocupaciones a un lado.

—Dani quizás debas llamar a tu mamá y decirle que cancele el viaje familiar— dijo Ángela con expresión de arrepentimiento—. He pensado que ir a un lugar tranquilo a solas sería mejor, respirar aire puro ¿me entiendes?

—Tienes razón, creo que lo merecemos al menos una vez ¿te tinca…? —decía mirando a un lado —¿Y si vamos a acampar arriba, en ese santuario del que nos habló tu papá? dijo que tenía camping, trekking y todo eso.

—¡Sí, Yerba Loca! escuché que es hermoso, además se pueden hacer asados. Creo que sería genial, dicen que es posible ver el glaciar La Paloma— dijo Ángela emocionada mientras se disponía a buscar su celular.

Al día siguiente, iban por la autopista bajo un sol acogedor que adormecía lentamente a los viajeros. Daniel tuvo que despertar a su copilota sobándole el hombro.

—Bebé despierta, mira— le susurró mientras bajaba del auto.

—Wow, eso fue demasiado rápido recuerdo que pestañeé… ¡Solo fue un segundo! — reclamó Ángela ante la mirada burlesca de Daniel.

Una vez en la recepción del parque esperaban su turno, cuando de repente Ángela escuchó balbuceos provenientes de la entrada del parque; un hombre de edad avanzada y de aspecto harapiento iba escoltado por un guardia. —¡Ya basta! Déjeme entrar, ya le dije que mi familia está cerca del glaciar, ellos me llamaron ¿no los oyó? — decía desesperado el hombre mientras intentaba zafarse.

—Qué pena ¿no? — dijo Ángela enseñando su celular con las entradas.

—De seguro bebió, pobre viejo— comentó en voz baja Daniel mientras recibía los comprobantes.

—¿Pero que hace alguien borracho aquí? — preguntaba Ángela cuando accedían al parque.

—Está muy perdido de seguro anda sólo.

—Es triste pensar en los desamparados y pensar que en sus vidas no hay momentos como los nuestros Dani, ni siquiera pueden comer con dignidad — dijo Ángela mientras miraba el cielo de reojo.

—Bebé, este paseo es para despejar la mente no para llenarla de cosas, es común allá abajo. Olvidémoslo y gocemos este lugar.

El verde camino abrazado por el Sol cubría todo el terreno con un calor que animaba a los niños a correr por sombra. Los jóvenes tomaban fotos a las bellas cumbres que se avecinaban. Las montañas se vislumbraban más grandes mediante avanzaban hacia el campamento. En la zona de camping, ambos se apresuraron a instalar su carpa y acomodar las provisiones. La tranquilidad del santuario sorprendió un poco a Ángela recordándole los paseos junto a su familia cuando era pequeña, una paz que siempre atesora, en cambio Daniel se sentía atraído por la vista, pero agobiado por el calor.

—No quiero ni pensar en todo lo que falta

—¡Ya lo pensaste tonto! vamos sé optimista veremos un glaciar, gocemos este lugar—dijo Ángela entre risas evitando la mirada de Daniel mientras cruzaban un riachuelo.

Pasada la tarde y de vuelta al camping se encontraban calentado carne y bebiendo cerveza comentando los mejores momentos de la caminata.

—Bebé ni siquiera se veía resbaloso, parecías una jalea cuando intentabas no caer.

—Perdí el equilibrio porque escuché un ruido extraño— dijo secamente Ángela.

—¿En serio? ¿algún zorro o un tucúquere? Espera, te apuesto a que fue la niña que gritó ¡Murciélago! 

—Que idiota, mejor ve esa carne que se está carbonizando— reclamó Ángela mirando la parrilla que ardía, pero luego fijando su vista en una extraña escena. 

—Dani ¿recuerdas al hombre en la entrada del parque?

—No, pero ahora sí gracias 

—Mira allá—le susurró Ángela apuntando a una carpa cercana. A espaldas el hombre en harapos revolvía cosas inquietamente. —Dani creo que está robando—susurró incorporándose. —¿Mmm… caballero?

—Adivinaré, piensas que estoy hurgando esta tienda ¿cierto? — dijo calmadamente el hombre.

—Eeeh… mire, me sorprendió… necesitaba saber si…

—Descuida jovencita, igual en parte es culpa mía— mencionó el hombre apreciando su vestimenta.

—Discúlpeme señor, es que lo vimos allá en la recepción y…

—¡Ah! creen que pueden alejarme. Se creen dueños de un santuario creado para el mundo…

—¿Cómo logró entrar sin que nadie lo detuviera? — preguntó Daniel.

—He vivido aquí en Yerba Loca por años—dijo el hombre con cierta emoción—Se cómo llegar, si no me creen pueden preguntarle a la Paloma, ¿desean verla no? Ella guarda recuerdos del ayer— decía apartándose de la carpa y contemplando las montañas—. Mi nombre es Gabriel, un gusto.

—Soy Ángela y él es Daniel y sí queremos conocerla, pero…

—¡Ah! No me creen obviamente, pero jóvenes, estos días son de locos ¿a quién creerle? —preguntó al aire Gabriel— Nuestro santuario está peligrando y ellos lo están permitiendo. La pareja quedó en silencio unos segundos.

—¿Qué quiere decir con que peligra? — preguntó Ángela.

—En estos tiempos nuestra flora y fauna se envenena por la ambición de los humanos— decía Gabriel mientras caminaba hacia los árboles —Como garrapatas chupando todo lo posible ¡Ah! Esas máquinas incrustadas como plagas a sus pies, como un veneno sigiloso. He estado cerca, lo necesario para reconocer la negligencia de quienes controlan todo.

—¿Habla de las minas?

—¡Sí! — decía Gabriel presionando con fuerza el tronco de un árbol —. Si siguen así no dejarán nada que perdure y el futuro no gozará como hoy lo hacemos nosotros.

—Oiga relájese ¿sí? — dijo Daniel tratando de calmar al hombre.

—¡Ah! Ustedes no tienen interés porque no les afecta, nadie les está quitando cosas directamente del bolsillo, de lo contrario responderían por ello. Mi amigo lo perdió todo— dijo Gabriel con pesar ante esto último.

—Habla de la naturaleza como si fueran seres vivientes— musitó Ángela.

—Lo son—sentenció Gabriel — y es por esa razón que debemos protegerla. Es un ciclo de necesidad, los humanos necesitan del agua y el frío que nos proporciona la Paloma y ella necesita que la protejamos de la contaminación y de las indiscriminadas excavaciones que hoy están en curso.

 Cuando el sol se ocultaba tras las enormes montañas del santuario, una agradable charla tenía lugar frente a la parrilla.

 —¿Puedo preguntar qué le pasó a su amigo? Dijo que la plaga acabó con él— preguntó Ángela viendo como Gabriel roía su presa de carne.

—¡Ah! Disculpen, ¿quieren conocer la historia? —preguntó Gabriel una vez terminado de comer — ambos jóvenes asintieron sin vacilar, ya no sabían que decir ante tanto misterio. —Les advierto, tendrán que aprender a escuchar. Primero cierren sus ojos, abandonen cualquier deseo de posesión— decía Gabriel cerrando sus ojos y levantándose de su asiento, esperando a que sus anfitriones lo imitaran. Ángela viendo que Daniel cedió, no dudó más y dejo caer los párpados.

En la oscuridad, Angela sintió el sonido del viento que iba afinándose hasta imitar una melodía que hacía que los recuerdos de su niñez se volvieran tristes. Abrió los ojos y a su alrededor las carpas ya no estaban, en su lugar variadas chozas de madera y pieles instaladas frente a fogatas rústicas calentando grandes presas de carne. Ángela atónita al darse cuenta de que estaba sola no sabía que hacer, inquieta dio un paso y un fuerte crujido resonó. Todo ocurrió muy rápido, un ruido de pasos acalorados y gritos inentendibles y pronto un grupo de personas provenientes de las chozas corría en dirección a la inmóvil joven. Pieles, carne, plumas, madera, caras pintadas, gente desnuda y de golpe una silueta negra abría los brazos disparada hacia Angela.

El helado viento penetraba en la piel de la temblorosa joven que cayó al suelo. No se atrevía a levantar la cabeza, pero al sentir un fuerte aleteo se incorporó rápidamente para contemplar una enorme ave negra de cabeza rojiza que la observaba. A su mayor asombro, vio que ya no estaba en suelo firme y que podía ver las nubes y las cumbres por lo alto; estaba en la cima de la montaña. La gigante criatura ofendida por el grotesco grito de Ángela agitó sus alas y comenzó a volar en círculos alrededor de ella, provocando ráfagas de viento. Cuando el vendaval acabó, una voz llegó a oídos de Ángela.

—Levántate ya— decía la voz agitada. Un hombre de rostro pintado y semidesnudo cubierto de piel animal por todo el cuerpo se encontraba agachado mientras mantenía una mano que brillaba de rojo sobre su abdomen.

—Déjalo, ya no importa. Ahora quiero que me escuches, ellos están aquí y querrán más, no dejarán nada. Todo está en peligro, eres lo único que le queda a este santuario. Mañana no estaré aquí, pero tú sí y ellos también, pero con voracidad y codicia sus manos tomarán todo sin dejar nada que perdure. El glaciar nos está escuchando, él es la conexión del antes con el después y mientras tú lo escuches, esta historia nunca será olvidada. Sé la voz del mañana, guíalos con tu conocimiento y verás que cada vez que lo intentes nos reuniremos nuevamente…— Tras estas últimas palabras Ángela y Daniel abrieron los ojos al mismo tiempo, para por fin contemplar el hermoso glaciar que brillaba bajo las estrellas y a una enorme sombra volar que lloraba hacia la luz de la Luna.

Vida

Por Jocelyn Cunliffe Korp

Eran tiempos antiguos, remotos, cuando aún ni el tiempo existía.  Solo existía el eco de una gran sinfonía, majestuosa y sublime, donde cada melodía encendía colores infinitos.  Y el sonido calaba en cada molécula de esta existencia  retumbando todas ellas al unísono,  levantando al dios Sol. 

 

Y él posó su luz…

 

 Y así todo comenzó.

 

 Los colores se refractaron multiplicando la resonancia  y es cuando surgió la vida de la Madre Tierra.  Ese pulso profundo remeció el polvo  que dio origen a las bacterias en la calidez de esa oscura humedad tan compleja y palpitante como el universo mismo. 

 

Luego el oxígeno hizo su arte…

 

Y si los colores del sonido pueden compararse con la perfección que se devino,  entonces es aquí donde acaban las palabras y se desata lo indescriptible.

Alboroto en Yerba Loca

Por Hans Labra Bassa

Era un hermoso día de primavera, la tierra olía a humedad, las lluvias intensas habían cesado y los arroyos, ansiosos de mar, volvían a correr cristalinos como siempre. Las gotas del deshielo sonaban como dulces armonías y una calma formidable reinaba en el lugar. Un tucúquere que había acudido a refrescarse y tomar agua fue el primero que sintió la presencia de los extraños, voló siguiendo el sonido estruendoso que le llegaba desde la parte baja de la montaña, algo que los hombres llaman música y que escuchan con altoparlantes. Vio la camioneta con barras antivuelco llegar al valle y estacionar junto al glaciar, los siguió desde lejos con su aguda mirada mientras bajaban equipos y comenzaban su faena. Sin que se percataran de su presencia se acercó lo más que pudo para tratar de oír lo que decían, pero la bulla de los altoparlantes lo tenía aturdido. Por suerte estacionaron el vehículo lejos de donde comenzaron a perforar, pudiendo acercarse desde el otro lado sin ser visto. No obstante, lo que hablaban los intrusos no tenía sentido para él. 

– Punto 1/20. Chequeen bien el booster y pónganle doble sanfo, así nos aseguramos y terminamos antes… -pudo oírle decir al que tenía algo plateado sobre la cabeza.

– …está seguro jefe? podemos producir un derrumbe! -cuestionó uno de los que tenían sobre la cabeza algo naranja. Bastó una dura mirada del «jefe» para que los otros hicieran en silencio lo que les ordenaba, sin cuestionarlo.

Cuando se alejaron se acercó aún más tratando de ver qué habían hecho esos intrusos, ya que, desde donde estaba, parecía que hubieran desenterrado una especie de lombriz que tironeaban para sacarla de la tierra. 

– Estamos todos acá?! -preguntó el cabeza plateada- …voy a unir el cordón!!

El volumen de los altoparlantes estaba tan fuerte, que ni ellos lo oyeron preguntar, ni él los hubiera oído responder. Funcionaban como equipo, es cierto, aunque no sabían ni sus nombres, desde el primer día se pusieron apodos. Estaban agazapados detrás del vehículo cuando, de pronto, el cabeza naranja que hace un rato increpó al jefe sintió algo en su corazón, por lo que se incorporó y, mirando por encima del techo de la camioneta, vio al tucúquere hurgueteando entre los explosivos.

– Alto!!… Alto jefe!!… No lo active!! -gritó, mientras corría hacia el lugar sacudiendo enérgicamente los brazos, como intentando espantar al pájaro.

Efectivamente el tucúquere alzó el vuelo y se alejó del área lo más rápido que pudo, cuando se sintió la explosión. El cabeza naranja salió volando y quedó tirado espalda a tierra en medio de la polvareda, mientras el sonido retumbaba como trueno entre los cajones y cumbres más altas. Su equipo llegó corriendo a verlo, sin hacerse preguntas lo subieron al vehículo, partiendo rumbo al campamento en los faldeos, con los rostros tan pálidos como la nieve que cubría las laderas de las montañas. Mientras se alejaban se iba perdiendo la bulla de los altoparlantes y recuperando el silencio cordillerano.     

Todos los animales sintieron el enorme estruendo y la ola expansiva sacudió fuertemente cada tímpano a kilómetros a la redonda. Sin importar que estuvieran volando, entre las rocas o en sus madrigueras, el impacto fue el mismo. Para las aves fue doblemente abrumador, ya que perdieron la orientación por algunos segundos y varias cayeron a tierra. Del mismo modo, el leve temblor que se produjo causó serios problemas estructurales en las madrigueras de todos los animales, quedando algunos atrapados por deslizamientos de rocas. Momentos después de pasada la conmoción, corrió por los valles la voz de una junta de emergencia en el Cerro La Paloma. Acudieron todos lo animales en condiciones de movilizarse por sí mismos. Una junta de emergencia significaba que podían ir sin temor de ser atacados, ya que los roles de cazador y presa los dejaban fuera y todos se reunían a parlamentar con igual derecho a voz y voto. Se reunieron entonces pumas, zorros culpeo, cururos, vizcachas, sapos espinosos, sapos arrieros, lagartijas de los montes, caranchos cordilleranos, lagartijas leopardo, lagartijas negroverdosas, águilas, chirihues, churretes chicos, chirihues dorados, cometocinos, cóndores andinos, picaflores chicos, raras (medio pariente de las loicas), tencas, yales, perdicitas cordilleranas, plateros y un sinnúmero de insectos y bichos de todo tipo, forma y color.

– Silencio queridas amigas y queridos amigos… según reportes que nos han llegado desde El Manchón, El Altar y La Polvareda, sabemos que hoy hemos vivido la violenta irrupción de unos extraños que han venido a producir gran desarmonía y destrucción en nuestras sagradas montañas, así que para un mejor uso del tiempo, vamos a dar la palabra a nuestro querido y sabio guía para que nos ayude a organizarnos… -pero nadie habló y un gran silencio conmocionó a la multitud, todos se miraban atónitos sin encontrar respuestas- …hermano tucúquere, por favor, lo estamos esperando, diríjase al pleno.

– Un momento… -dijo un cóndor, con voz segura-, yo lo vi espiando a los extraños cerca el área de la explosión. La multitud comenzó a impacientarse, algunos se llenaron de miedo y hablaron de marcharse más al sur aprovechando el buen clima, pero un puma tomó la palabra y su rugido resonó en los valles.

– No perdamos el sentido de esta reunión… querido cóndor, ¿puede usted y los suyos ir a revisar el área que señala a ver si encuentran a nuestro querido hermano tucúquere? Queridos zorros, ¿pueden ustedes conformar un equipo de rescate y ayudar a nuestros hermanos que han quedado atrapados en sus madrigueras? El resto de nosotros debemos determinar qué acciones emprenderemos, ya que sabemos que, cuando los hombres llegan con sus camionetas y equipos, nada bueno nos espera. Propongo que nos dividamos en comisiones y, a media tarde, planteemos nuestras conclusiones al pleno.

Mientras todas y todos asentían y se organizaban, el grupo de zorros corría por las montañas buscando y rescatando sobrevivientes y el grupo de cóndores sobrevolaba la zona de la explosión intentando localizar al tucúquere. Lo encontraron inconsciente tendido sobre un aromático colchón de llareta, entonces, uno de los cóndores descendió y lo agarró firmemente con sus patas, trasladándolo cuidadosamente al lugar de la reunión. Una atenta vizcacha fue en busca de un poco de agua en una copa de charrúa, pequeña flor blanca medicinal que extrajo con mucho cuidado, debido a que sus hojas son muy urticantes y provocan picazón y dolor al tacto; al volver, le dio el lahuen al tucúquere, que ya se incorporaba. El pleno de los animales había vuelto a reunirse, y esperaban sus palabras en silencio. 

– Enfrentamos un grave peligro, esta mañana llegaron a nuestras montañas unos hombres distintos a los que hemos visto en el último tiempo. Venían en un vehículo que metía mucha bulla y en lugar de caminar y escalar rocas, se dedicaron a perforar la tierra y tirar lo que primero pensé que era una gran lombriz, pero parece que se trataba de una trampa. Pude notar que uno de ellos se arrepintió y corrió a avisarme, por lo que alcancé a volar, pero entonces la trampa explotó y me golpeó muy fuerte y perdí el conocimiento. ¿Alguien sabe dónde están esos hombres ahora?… quisiera agradecerle al que me avisó el haberme salvado de aquella trampa.

– Los vi arrancar luego de golpearte o, al menos, eso me pareció, ya que cuando se disipó la polvareda los vi partir a toda velocidad. Son unos cobardes -dijo el cóndor.

– Es cierto, nosotros veníamos en la corriente fría de altura cuando se vio un destelló y se levantó la polvareda, por eso la explosión no nos alcanzó -comentó otro cóndorsólo los vimos arrancar y perderse cerro abajo.

– Queridos irmãos -dijo uno de los yales, en su lengua materna- venho voando de longe e posso dizer que estamos diante da mega-mineração. El yal contó lo que había visto en su migración por Brasil, Argentina y las islas Malvinas, habló de un plan llamado IIRSA que estaban implementando algunos hombres por todo el continente.

– Esto es terrible -dijo el cururo-, tenemos que detener a los hombres.

Todos los animales asintieron. Entonces cada comisión presentó sus conclusiones y deliberaron. Establecieron la necesidad urgente de desarrollar micropolíticas tanto de visibilización y establecimiento de redes de apoyo, como de sabotaje a la infraestructura de la minera. El tucúquere comentó que algunas personas no eran malas y que quizás se podían establecer vínculos de lucha con ellas.

– Em vários territórios vimos pessoas se manifestando com cartazes contra a megamineração -comento otro yal, lo que motivó a una lagartija leopardo a hablar.

– Es cierto, existe un tipo de gente distinta, que no viene a destruirnos ni a cazarnos, el otro día estaba tomando Sol sobre unas rocas y pasó lo que parecía ser una familia buena y, por primera vez, no tuve que esconderme. Me miraron, me sacaron fotos y siguieron su camino, en otras ocasiones la gente intentaba atraparme o me tiraban piedras, por suerte he logrado arrancar, sino… no lo estaría contando… bueno, tuve que sacrificar mi cola un par de veces.

– No se hable más -dijo el tucúquere-, buscaremos apoyo entonces entre la gente que sea cercana a los animales, mañana por la mañana bajará un escuadrón de aves y se internarán en el pueblo aledaño a recabar información respecto a con cuánta gente efectivamente podemos contar. Agradecemos a los zorros por su gran trabajo de rescate de los nuestros que habían quedado atrapados. Ahora, a descansar.

El escuadrón de aves llegó a la plaza del pueblo justo cuando iniciaba la reunión que había convocado la comunidad en contra de la ampliación de la Mina Los Bronces y de la destrucción del Santuario de la Naturaleza Yerba Loca. Llegaron justo cuando, uno de los que convocaba, le hablaba a la gente reunida:  

– …actividades como la extracción, la excavación y el uso de explosivos, el aceleramiento de la fusión de los glaciares debido al material emitido por las minas, la construcción de carreteras e infraestructuras en las cimas cordilleranas, y los vertederos de relaves que contaminan las aguas superficiales y subterráneas, impactan negativamente sobre el ecosistema cordillerano y sus animales, lo que se suma a las afectaciones al embalse La Paloma debido a un túnel de exploración de 9 kilómetros debajo del mismo. En Chile no tenemos leyes que protejan los glaciares, ante ese vacío autorizan faenas con algunos condicionamientos, pero nunca son suficientes. Hoy en la tarde realizaremos una marcha por las calles principales, intentando llamar la atención de las autoridades y la comunidad.

– ¿Viste? -le dijo en voz baja un padre a su hija, mientras le hacía un gesto con la cara apuntando a un árbol-, ¡parece que esos pájaros hubieran venido a la reunión!

La niña sonrió y lo miró con gran asombro. Terminada la reunión el escuadrón de aves volvió a la montaña y entregó su informe al pleno de los animales. La decisión fue unánime: se unirían al grupo de humanos durante la tarde para luchar contra la megaminería y contra la expansión de Mina Los Bronces. 

La gente se reunió a la hora establecida en la esquina fijada con sus pancartas y banderas, y con gran sorpresa vieron llegar a cientos de animales desde las montañas, todo tipo de pájaros, anfibios y mamíferos, todo tipo de insectos y bichos, todos ordenados y emitiendo todo tipo de voces y sonidos. Algunas personas se asustaron al ver a los pumas y cóndores acercarse, pero, luego de un rato, comprendieron que no había nada que temer.  El grupo de humanos comprometidos junto a los animales afectados comenzaron a caminar por las calles principales del pueblo, ante los ojos atónitos de quienes se asomaban por sus ventanas y balcones sin tomar parte y sin entender por qué tanto alboroto.