El documento revela las tensiones entre la actividad salmonera y los objetivos de conservación en la Reserva Nacional Kawésqar, destacando la urgencia de abordar los impactos de la salmonicultura en las áreas protegidas de Chile.
Febrero, 2024. Los océanos son fundamentales para la vida en el planeta, siendo vitales para la biodiversidad y sosteniendo actividades económicas claves. A lo largo de la historia, los ecosistemas marino-costeros han facilitado el desarrollo humano, por lo que dada su importancia, es esencial tomar medidas para su protección. Así, las áreas protegidas aparecen como una herramienta que permite avanzar hacia este objetivo, sin embargo, en la Reserva Nacional Kawésqar existen tensiones evidentes, donde los ecosistemas están bajo presión por diversas actividades, tales como la salmonicultura, generando consecuencias ambientales y sociales.
Bajo este contexto es que desde ONG FIMA se publica un nuevo informe titulado «Transición socioecológica justa y desafíos para las áreas protegidas en Chile: Impactos de la salmonicultura en la Reserva Nacional Kawésqar», donde se evidencian los riesgos que enfrenta la biodiversidad y las comunidades asociadas en este territorio, destacando las amenazas para los modos de vida de los pueblos originarios y su legado cultural.
Para analizar el caso de la Reserva Nacional Kawésqar, se utilizó una metodología de investigación-acción, interdisciplinaria e inclusiva, que involucra a las Comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar, así como a expertos en áreas protegidas y derecho indígena.
Enmarcado en la transición socioecológica justa, se proponen lineamientos para abordar los desafíos planteados, enfocándose en la promoción de sectores productivos responsables, equidad territorial e intergeneracional, igualdad de género, resiliencia climática, justicia climática, equilibrio ecológico, y bienestar físico, mental y social.
El documento concluye con recomendaciones clave para avanzar en la implementación de áreas protegidas como herramienta esencial frente a la crisis climática y ecológica, señalando la importancia de la colaboración interdisciplinaria y la participación de las comunidades afectadas. Además, destaca la necesidad urgente de repensar la relación entre la actividad productiva y la conservación de las áreas protegidas, enfatizando en la importancia de la gobernanza efectiva y la transición socioecológica justa para garantizar un futuro sostenible para las áreas protegidas y las comunidades locales.