De acuerdo con el Tercer Tribunal Ambiental, la evaluación de los proyectos no permite descartar impactos sobre el medio marino, el paisaje y el turismo que se lleva a cabo en la Reserva.
Diciembre 2022. Se trata de dos de los nueve centros de cultivo de Nova Austral que se emplazan al interior de la Reserva Nacional Kawésqar, Clarence 6 y Clarence 14, ambos parte del proceso de fusión y relocalización que la empresa intenta llevar a cabo con sus centros de engorda ubicados en el Parque Nacional Alberto de Agostini. Actualmente, más de la mitad de estos centros ha reportado condiciones anaeróbicas.
Las comunidades Kawésqar y los habitantes de la región de Magallanes, junto con las organizaciones Greenpeace, AIDA y ONG FIMA, alegaron que se trataba de centros de cultivo incompatibles con los objetos de protección de la Reserva Nacional Kawésqar, poseían evaluaciones deficientes que impiden descartar impactos en el medio marino, paisaje y turismo que se lleva a cabo en la Reserva, y omitían la consideración del territorio como ancestral y de relevancia para las comunidades Kawésqar.
El tribunal señaló que la evaluación sería ilegal, ya que el Servicio de Evaluación Regional no habría advertido la potencialidad de los proyectos para generar impactos sinérgicos, los cuales podrían derivar de la utilización simultánea de tramos comunes de las rutas de navegación, los efectos que el tránsito de embarcaciones puede generar sobre la fauna marina y los eventuales impactos sobre el valor turístico y paisajístico. Asimismo, indicó que los proyectos son parte de uno mayor que se encontraría dividido.
Según explicó Macarena Martinic, abogada de ONG FIMA: “el fallo es un avance en la protección de la Reserva Nacional Kawésqar, ya que derechamente anula dos RCA de dos centros de Nova Austral que forman parte de la estrategia de la empresa de relocalizar los centros de cultivo que hoy enfrentan diversas sanciones y demandas por el daño ambiental que causaron en el Parque Nacional Alberto de Agostini. Esperamos esto pueda ser un puntapié inicial para la prohibición de la salmonicultura debido a la incompatibilidad de la actividad con la Reserva Nacional Kawésqar”.
De acuerdo con Leticia Caro, representante de los Grupos Familiares Nómades del Mar, “Hoy fue una lluvia de alegría y esperanza frente al fallo del Tribunal ambiental, pues luego de mucho tiempo y trabajo, buscar indagar y exigir que los procesos se cumplan según lo dictamina la ley, la invalidación de estos permisos no hace más que demostrar que lo que decimos es real, que nuestro territorio no es compatible ni lo será con la industria Salmonera y que nuestros antiguos hoy nos ven desde las memorias del territorio.”
“Celebremos la decisión del Tribunal Ambiental que reconoce la ilegalidad del fraccionamiento, que impide evaluar los impactos sinérgicos, que son más complejos que la suma de todos los impactos”, declaró Florencia Ortúzar, abogada de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “El rápido avance de la industria salmonera hace que los impactos sinérgicos sean cada vez más peligrosos. Faltan medidas disuasivas para que las empresas dejen de intentar el fraccionamiento”.
“Es realmente insólito que empresas que están hoy enfrentando incluso juicios por demanda ambiental por el propio Consejo de Defensa del Estado producto de un historial de malas prácticas y que ya tienen comprobados efectos en los fondos marinos en parques nacionales como NOVA AUSTRAL, busque hoy casi como un premio instalarse en estas aguas puras y sanas. Anularle estos permisos es una importante victoria del trabajo conjunto con comunidades, pero también un llamado de atención para que de una buena vez las autoridades eviten esta invasión en los fiordos patagónicos de nuestro país” señaló Matías Asún, director nacional de Greenpeace.