contar con una política de ordenamiento territorial a nivel nacional, parece ser una de las medidas que pudiese contribuir a la disminución de este tipo de fenómenos, ya que permitiría entregar un lineamiento o visión nacional para integrar de manera armónica las dimensiones culturales, sociales, económicas y ambientales sobre el territorio. Pero además, posibilitaría generar acciones de regulación de la ocupación y uso del suelo con criterios de sustentabilidad, protección ecológica y cultural y equidad en la distribución de las externalidades ambientales y sociales.
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