Por:

Ezio Costa C., Director Ejecutivo de ONG FIMA

Fernanda Salinas U. Investigadora Asociada ONG FIMA. 

El 10 de agosto de 2018, el actual Director Ejecutivo de CONAF, José Manuel Rebolledo, planteó al Diario Concepción su preocupación ante la temporada de incendios forestales. Aseguró que el cambio climático llegó para quedarse, transparentó el déficit millonario de CONAF y anunció que cree “que lo más probable es que tengamos que echar mano a bienes propios, como bosques que tenemos en la reserva La Campana, es decir, venderlos o licitarlos, para poder enfrentar nuestra situación financiera”.

Ante lo anterior, recordemos que los grandes incendios han ocurrido principalmente en plantaciones forestales[1], debido en parte a la escasa regulación que tienen y a su alto potencial inflamable[2]. Para prevenir incendios, por lo tanto, se requiere poner especial atención a las plantaciones de pino y eucaliptus, que son de propiedad privada y cuyo resguardo debiera ser realizado y financiado por sus dueños, procurando no dañar a terceros.

El cambio climático, por su parte, agudiza la escasez hídrica en la zona centro-sur de Chile. Las cuencas donde dominan los bosques nativos bien conservados maximizan y aseguran la disponibilidad hídrica de calidad[3]. Para mitigar los efectos de estos fenómenos, por lo tanto, se debiera detener el reemplazo de los bosques nativos por plantaciones de especies exóticas, ya que las segundas disminuyen la escorrentía de verano[4].

Por último, CONAF administra territorios que no son de su propiedad. Son bienes fiscales o nacionales de uso público adscritos al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, cuyo fin es la conservación de ecosistemas y de la diversidad biológica en beneficio de la sociedad.

El anuncio del señor Rebolledo parece olvidar el rol público de CONAF, que debiera ser adecuadamente financiada con recursos estatales, y pone los bienes de todos los chilenos al servicio de quienes, por falta de una regulación adecuada, han dañado bienes privados, nuestros bienes comunes y han causado la muerte de personas.

[1] Bowman, D.M.J.S., A. Moreira-Muñoz, C.A. Kolden, R.O. Chávez, A. A. Muñoz, F. Salinas, Álvaro González-Reyes, R. Rocco, F. de la Barrera, G.J. Williamson, N. Borchers, L.A. Cifuentes, J.T. Abatzoglou, F.H. Johnston. Ambio. 2018. Human–environmental drivers and impacts of the globally extreme 2017 Chilean fires. https://doi.org/10.1007/s13280-018-1084-1

[2] Dimitrakopoukos AP & KK Papaioannou. 2001. Flammability assessment of Mediterranean forest fuels. Fire Technology 37 (143-152).

[3] Nuñez D, L Nahuelhual, C Oyarzún. 2006. Forests and water: The value of native temperate forests in supplying water for human consumption. Ecological Economics 58(3):6006-616. DOI: 10.1016/j.ecolecon.2005.08.010

[4] Little, C., A. Lara, J McPhee & R. Urrutia. 2009. Revealing the impact of forest exotic plantations on water yield in large scale watersheds in South-Central Chile. Journal of Hydrology 374:162-170.

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